Dos heridos graves y uno leve entre el equipo pirotécnico, y veinte leves entre el público que
se encontraba alrededor del perímetro de seguridad en torno a la
Basílica de Santa María, es el balance del accidente registrado durante
la Nit de l'Albà, diez minutos antes de que se tuviera que lanzar la Palmera de la Virgen desde el campanario del templo.
Cuando los pirotécnicos estaban descubriendo la Palmera de la Virgen, un cohete entró en el lugar y la prendió por abajo,
como explicaron los técnicos municipales. Los cohetes de la parte
descubierta salieron hacia el cielo, pero la trayectoria de los de la
parte cubierta fue hacia el suelo, provocando heridas de diversa
consideración a los 23 afectados, que fueron atendidos por miembros de
DYA.
Dos de los pirotécnicos fueron trasladados al Hospital
General y luego al de Alicante, mientras que el tercero se envió al
Hospital Imed. El más grave es Vicente Albarranch con el 60% de su cuerpo afectado.
Según han confirmado esta mañana, el pirotécnico tiene quemaduras de
primer grado, segundo grado y el 20% de quemaduras de tercer grado en la
espalda. Su pronóstido es clínicamente estable pero muy grave y está esperando para ser intervendio quirúrgicamente, aunque no se teme por su vida. Este mediodía lo han trasladado del General de Alicante al Hospital de la Fe de Valencia,
ya que los médicos han estimado conveniente su atención allí por ser
uno de los hospitales de referencia para este tipo de intervenciones.
El director médico del Hospital General de Elche,
Francisco Agulló, junto con los concejales de Seguridad y Emergencias,
Sebastián Polo y Manuela Mora, y Jefe Policía Local, Antonio Amorós, han
ofrecido hoy sobre las 11.00 de la mañana una rueda de prensa en la
ciudad ilicitana. Dichas fuentes han confirmado que otro hombre de 37
años ha tenido que ser trasladado al General de Alicante con "heridas
por carretillas" en las rodillas y en dedos de las manos.
El número de afectados de cualquier carácter asciende a 103,
un 20 % menos que el año pasado. El punto de atención sanitaria ubicado
en El Toscar ha atendido a 7 personas y otras 2 se han asistido en
Santa Pola. Cruz Roja ha reportado 29 atenciones y DYA, ha llegado a 43.
Según los datos facilitados, el fiestero más joven atendido ha sido un
niño de 3 años y el más mayor, un hombre de 58 años de edad.
La alcaldesa, Mercedes Alonso, compareció poco después acompañada por el equipo de gobierno. Visiblemente afectada y con lágrimas en los ojos, pidió «disculpas» por lo sucedido,
la primera vez que ocurre. «La pólvora ha jugado una mala pasada»,
dijo. «Lamentamos lo que ha ocurrido y asumimos nuestra
responsabilidad», añadió. Mostró su satisfacción por el hecho de que «no
haya sucedido ninguna desgracia», y reconoció que es «un momento muy
triste para mi y el equipo de gobierno. Vamos a hablar con los
familiares y es lamentable. No puedo decir más».
Alonso seguía l'Albá desde el edificio de Contratación,
cercano a Santa María, y fue testigo de lo sucedido porque parte de la
palmera también llegó hasta donde se encontraban. Tanto el PSOE como el
Partido de Elche se han puesto a disposición de la alcaldesa. Los técnicos insisten en que ha sido «una desgracia» lo sucedido.
La alcaldesa compareció en el edificio de Maz, que fue
rodeado por la gente que se encontraba en los alrededores, lo que motivó
que tuviera que salir escoltada del lugar por efectivos de la Policía
Local y Nacional.
L'Albà se desarrollaba de forma brillante, aunque ahogada
por una excesiva humareda que la ligera brisa no conseguía barrer. Tras
un primer cuarto de hora de 'tanteo', la entrada en escena de la coetà a
las 23.30 horas imprimió ritmo y sonoridad a una celebración
pirotécnica de la que era partícipe todo el pueblo ilicitano, con
profusión de cohetes y palmeras disparados desde las terrazas. Algo
menos que en años anteriores, pero no por ello menos brillante.
De pronto, cuando faltaban diez minutos para la
medianoche, un hecho anómalo rompió el guión de la fiesta. Lo que
parecía ser la palmera de la Virgen emergía desde el campanario de Santa
María, aunque de una forma anómala, y tras elevarse unos pocos metros
caía en cascada desde el campanario. La pregunta surgió de inmediato:
¿Será la palmera de la Virgen? La duda parecía despejarse de inmediato
al comprobar cómo se iluminaba la silueta de la Patrona en lo alto del
campanario.
A los pocos minutos la coetà enmudeció y dejaron de verse
palmeras en el cielo. Tensa espera hasta la medianoche. Siguiendo el
ritual, las luces comenzaron a apagarse en el centro de la ciudad y
parecía que lo de antes había sido una sorpresa. Pero no fue así. Tras
varios minutos de espera sin aparecer la palmera, muchos comenzaron a
pitar, mientras volvían a darse las luces, entre la frustración y el
malestar general por un hecho que no se conocía en la historia de la Nit
de l'Albà.
Vicente Albarranch y la pirotecnia La Alpujarreña habían
preparado casi 100.000 artículos pirotécnicos, de los que destacaron las
8.000 docenas de cohetes (la mitad de trueno y otras tantas de bomba de
superior potencia), 1.500 carcasas de trueno de aviso y 90 palmeras de
tronco que hicieron las delicias de los ilicitanos durante prácticamente
una hora.
Los cohetes se distribuyeron en cinco zonas estratégicas
de la ciudad (como la Torre del Consell y el Palacio de Altamira en el
centro, el centro social del barrio de Altabix, el Polivalente de Carrús
o El Corte Inglés, entre otros), mientras que otros doce puntos
acogieron el lanzamiento de otras 255 palmeras de empresas y
particulares. Fuentes La Verdad
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